
“Lo que hacemos son intervenciones puntuales de mantenimiento que requiera el arbolado en determinadas zonas donde estén afectados los cables eléctricos, cañerías o bien que las raices comprometan las edificaciones”, explicó.
La ordenanza no sólo prevé el marco de trabajo, sino que también establece las penalidades. Esto significa que si el Municipio detecta una poda no autorizada, el vecino está incurriendo en una infracción, por lo tanto va a recibir una sanción.
En muchos casos las raíces han provocado deterioro en las veredas y en desagues pluviales, y en estos casos hay que sacar el árbol. Trentini dice que lo que preocupa que hay muchas extracciones que no están autorizadas y que luego los ejemplares no se reponen.
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